Un debate decisivo... para la perpetuación.

Los candidatos junto a los moderadores del debate

El 7 de diciembre, a 13 días para las elecciones generales, se organiza el debate a cuatro entre los representantes de las cuatro fuerzas políticas principales de cara a las elecciones: Pablo Iglesias, Albert Rivera, Pedro Sánchez y Soraya Saenz de Santamaría, vicepresidenta del gobierno. Ya es triste que el presidente de un país envíe a sus lacayos al linchamiento que a él le corresponde. Estoy seguro de que si le hubiesen preparado un plasma en los estudios de Atresmedia habría debatido sin problema. La cuestión es: ¿ha sido realmente un debate decisivo? Más que decisivo, ha sido aburrido. Aburrido y con síntomas de infantilismo, con un 'todos contra todos' lleno de críticas y falto de propuestas, con un absurdo 'y tu más' de los cuatro candidatos.

Hablemos primero del debate en si. Bien es sabido que Antena 3 es una oligarquía que no se la juega a la hora de medir lo que emiten. Ahora bien, cuando se organiza un debate político entre fuerzas políticas candidatas a las Cortes, deben participar todas las fuerzas políticas, y no las que más juego dan. Me refiero evidentemente a Izquierda Unida y UPyD y la marginación de estos por parte de los medios. Dejando a un lado UPyD, no es coherente organizar un debate decisivo y no convocar a una fuerza política que cuenta con cientos de miles de votos. No es coherente, por tanto, organizar un debate y llamarlo decisivo si se están marginando a cientos de miles de ciudadanxs. Los debates sirven como pedagodía política de cara a que los partidos presenten sus propuestas, tanto los grandes como los pequeños, y no como un escaparate cirquense en el que desvalorizar al rival, que es en lo que se convirtió el debate del 7-D. Y lo mismo digo para otras minorías candidatas al Congreso, como la candidatura Nós de Galiza, o Euskal Herria Bildu, o tantos otros. Los debates sirven para presentar propuestas y puntos de vista distintos, y, sobre todo, para decidir sobre los indecisos. Creo que discriminar a tantas propuestas políticas no es democrático, sino más bien la perpetuación del monopolio político por parte del régimen.

Alberto Garzón

Hablemos ahora, expuesto el debate, sobre los candidatos participantes. Pedro Sánchez, incapaz de convencer a nadie, se mostró burlesco, con aires de grandeza, creyéndose el más indicado para legar el gobierno de este país, dado que siempre ha sido así, y dándoselas de líder izquierdista poseedor de la razón absoluta. La pobre Soraya, más perdida que Cao de Benós el día del Orgullo, no sabía dónde meterse, y sin poder, evidentemente, defender sus posturas, optó por la crítica constante hacia el resto de candidatos. Albert Rivera, que dejó muy claro que es catalán, demostró una vez más su capacidad para hablar sin decir nada, pero hay que reconocerle el mérito de saber embaucar al personal. Por último tenemos a Pablo Iglesias, un Pablo que cada día que pasa reconozco menos, con un discurso moderado y que también fue tentado muchas veces por la crítica fuera de contexto.

Sin embargo, es evidente quién ha ganado el debate: Pablo Iglesias. Sobre todo con ese último discurso de olviden y sonrían para encandilar al más indeciso. Otro que también ganó el debate fue Alberto Garzón sin asistir al debate, siendo trending topic nacional por Twitter con el hagstag #FaltaGarzon.

En resumen, ha sido un debate muy paupérrimo, muy inadecuado de cara a lo que viene siendo la campaña electoral para el electorado. Parecía una especie de gallinero sin gallo. Algo muy raro. Por último, subrayar el notable feminismo de Soraya Saenz con esa frase de "que no le miren el móvil". Aunque apoyando a un partido que recorta 10 millones de euros en prevención de violencia machista, muy feminista no se puede ser.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo. A Sánchez no hay por dónde cogerlo. No se qué ha sido del PSOE original, pero ya no se ven ni los restos. Albert Rivera, increíblemente, embauca al hablar el condenado sin decir nada en realidad, un problema serio a la hora de las votaciones para el que no sepa leer entre líneas.Sobre Soraya... En fin... Me harté de oírle decir "es muy fácil hablar, no es tan fácil gobernar", " a ustedes quería yo ver..." Pero al menos no hizo el ridículo que habría hecho Rajoy con una de sus frasecitas célebres. Y Pablo Iglesias, la verdad, a mí me estaba gustando, hasta que abordó el tema de Siria en uno de esos arranques tan suyos que realmente no sé si tienen fundamento, habría que estudiarlo. Lo cierto es que el discurso final fue directo a la yugular. Sigue sin gustarme, pero sigue pareciéndome la única opción, pero aunque no hubiese votado ya antes del debate (voto por correo), no habría cambiado mi decisión. Así que el definitivo, definitivo... lo veremos el día 20.

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  2. http://sondeos.elperiodic.ad/sexto-sondeo.html

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